viernes, 17 de julio de 2009

Ya, pues. Deja ya de dolerme el estómago.


Me pregunto cuánto me durará la fuerza. Esa fuerza repentina que me dio una respuesta dolorosa y decisiva, esa fuerza con la que concluía una etapa extraña en mi vida. A veces siento que ya se me acabó, con sólo dos días. Porque con cada nuevo día tengo que empezar otra vez. Cada día trae cosas nuevas, buenas, malas, insignificantes y otras que te mueven el piso.

Ayer se me movió el piso de lados opuestos. Primero, algo que vi y que jodió y dolió en el alma, porque jode y duele aún, y no lo puedo controlar, todavía. Luego, por el otro lado, se me movió no tanto como el terremoto anterior, sino como si fuera el suave vaivén de las olas en calma, como algo directo para mí, que me reconforta y me dice "YA FUE! Vive tranquila y sonriente, tal cual te conozco".

Vale decir que no sé si lo primero debía afectarme tanto (es muy seguro que no) y tampoco sé si lo segundo fue por mí, o para mí (aunque esto es más probable). Últimamente he tenido que luchar por mis días, pelearme contra algo que quiere destruirlos, uno por uno. Es como un ente creado por mi debilidad, que a cada paso que doy hacia adelante intenta jalarme tres hacia atrás.

Pero no me dejo. Ahora creo que ya no. Lo estuve permitiendo tanto, que las situaciones me guíen, en vez de guiar yo las situaciones. Perdí mi voz, porque lo quise así. Dejé de defenderme, de excusarme, nada había a mi favor. Ni pensar en comparar acciones, no venía al caso discutir si al fin y al cabo la que seguiría cargando la culpa sería yo.

entonces, nada que hiciera o dijera era suficientemente bueno para redimirme. Sí, lo permití, tal vez hasta lo promoví. Y, quién sabe, podría hacerlo de nuevo, mil veces más. Una, dos, diez o cien. Simplemente por quererlo así. Pero, (claro pues, hay un pero gigante aquí, si no todo sería diferente)... Pero, decía, de repente ya no deba hacerlo, quizás sea inútil. Puede incluso que sea mejor dejar las cosas tal como están ahora, y el futuro puede dibujarse prometedor si así lo hago. Es la solución, imagino, ya que a eso vamos. Ya que en eso estamos. Ya que en eso intento estar, y mantenerme.

Y se siente en el estómago, como ya lo dije. Un revoloteo de bolo alimenticio que duele y provoca una sensación indescriptible en la garganta. No puedo volcarlo en palabras porque no sé cuáles usar.

Y empiezan ciertos suspiros muy profundos que duelen en el pecho. Sí, duelen. Porque yo puedo decir "Ok, terminó", pero no puedo sentir "ok, ya terminó". Es algo más como: "Ok, ya terminó hacia afuera, ahora haz que también termine hacia adentro". Sacar todo y limpiarme para salir de esto, aunque sea cojeando pero salir al fin.

Hay tanto, como por ejemplo que la razón por la que quiero salir de esto es porque ya no puedo seguir más (aunque esto siempre puede cambiar, pero ya no), se me acabó todo, no quiero que mi ánimo tan magullado se dé una vez más, es como si ya no quedara nada que dar. Además es muy probable que el resultado sea el mismo de siempre.
Por ejemplo, que no me arrepiento de nada de lo que hice en pro, que claro que me arrepiento de todo lo que hice en contra porque eso fue deteriorándome internamente. Que muchas cosas las hice porque estaba molesta, porque buscaba herir, y pues no es bueno y ando intentando aprender de una fucking vez.

Algunas voces me han ayudado mucho, me han mejorado el ánimo, me dan la ilusión de que puedo salir de esto y sin mayores complicaciones (aunque esto ni yo me lo creo, pero puede ser...). Amigos pues, gente que se preocupan por mi bienestar, que sabiendo que puedo haber causado algunos de esos movimientos telúricos saben también que mis ganas de mejorar eran reales, y son reales. Igual, no pienso ser víctima. Todos perdemos, ¿verdad?. Pero eso sí, mis verdades, buenas o malas, creíbles o no, son totalmente mías. Y las mantendré ante cualquier acontecimiento. Acabóse pues.

1 comentario:

Juan Carlos Namoc Leturia dijo...

Eso de acabose, ya te lo he leído antes =)

Date una desawebina pues!

xD TE Cuento q chambiáre en casturtel jaaaaaaaaa xD